El Día Mundial de la Tuberculosis (TBC) nos encuentra en medio de una pandemia difícil que nos ha dejado muchas enseñanzas.

Pero también la tuberculosis nos enseñó muchas cosas. Y muchas lecciones tienen hoy por ayudarnos en medio de este brote (https://www.youtube.com/watch?v=XP-WXLsnMjY).

La primera enseñanza es la abrumadora presencia de las enfermedades transmisibles y de la necesidad de coexistir con los microorganismos. Cuando muchos países ya daban por erradicada la TBC, la emergencia de VIH vino a dar de bruces contra ese pronóstico. Hoy consideramos que la TBC es una enfermedad reemergente. La técnica diagnóstica del PPD que había sido mirada con desdén, en medio del VIH reflotó como una forma de caracterizar lo que hoy llamamos TBC latente. Del mismo modo, en los inicios de COVID despreciamos las viejas técnicas serológicas y de antígenos y hoy los test rápidos recuperan terreno.

Si los sanatorios de tuberculosos caracterizaron una época de la arquitectura hospitalaria (Hospital Eduardo Pereira por ejemplo), hoy sabemos que cada enfermedad rediseña los hospitales y a la medicina. COVID nos ha obligado a nuevos hábitos y a nuevas configuraciones espaciales, flujos, sistemas.

La tuberculosis modificó radicalmente la cultura humana. La pasteurización de la leche por ejemplo fue parte de un proceso más amplio que ingresó a los hogares y los hizo vivir de otro modo. Muchos pacientes guardaron los sobrecitos minimalistas del Abreu.

Del mismo modo como COVID se ha transformado en una enfermedad ocupacional, descubrimos que la tuberculosis también podía ocurrir como parte de los riegos del trabajo en salud. Así como los mineros referían una variante de silico tuberculosis, existe una mayor ocurrencia de contagios al interior de nuestros hospitales. Eso no ha sido resuelto aún.

Finalmente, TBC cambió la literatura y las artes. Esperamos a los escritores y artistas del COVID que desplieguen un talento semejante al que provocó la TBC. Los muros y pasillos de nuestros hospitales los están esperando.

El lema del Día Mundial de la Tuberculosis 2021 – “El tiempo corre” (OMS).