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21 de Enero de 2025

El legado del Dr. Germán Cueto Urbina: una vida dedicada a la neurología en el Hospital Carlos Van Buren

Después de casi cuatro décadas de servicio, el Dr. Germán Cueto Urbina, destacado neurólogo del Hospital Carlos Van Buren, se retira dejando un legado imborrable en la medicina chilena. Su trayectoria no solo refleja el avance de la neurología, sino también los profundos cambios en la salud pública y la infraestructura hospitalaria de Valparaíso. Su trayectoria, marcada por el compromiso con la salud pública y la formación académica, lo convierte en un referente indiscutido en su campo.

 

Inicios

 

El Dr. Cueto inició su carrera en la Universidad de Chile, que posteriormente se transformó en la Universidad de Valparaíso, y desde entonces su vínculo con el Hospital Carlos Van Buren ha sido inquebrantable. “Consideré que cumplí los requisitos para el retiro y era prudente hacerlo”.

 

Fue parte de la primera generación de neurólogos formados en esta institución, y durante 35 años se dedicó no solo a la práctica clínica, sino también a la enseñanza de nuevas generaciones de especialistas, incluidos profesionales extranjeros. “Fui parte de la primera generación de neurólogos formados acá y luego participé en la formación de las siguientes generaciones”, recuerda con orgullo.

 

Cambios tecnológicos

 

A lo largo de su carrera, el Dr. Cueto fue testigo de transformaciones significativas en la neurología y en el sistema de salud público. Desde la incorporación del escáner en los años 80 hasta la llegada de la resonancia magnética y los avances en genética clínica, su labor estuvo marcada por la adaptación a nuevas tecnologías que revolucionaron el diagnóstico y tratamiento médico. “Cuando llegó el escáner fue una verdadera revolución”, recuerda el especialista, quien también destacó cómo herramientas como la electromiografía, un procedimiento clave en neurología, han evolucionado para ofrecer resultados más precisos en menos tiempo.

 

Durante más de 20 años, fue el único electromiografista del hospital. “Al principio, los equipos eran analógicos y requerían hasta cinco horas para un solo paciente. Ahora, con los dispositivos digitales, los exámenes pueden realizarse en una hora con mejores resultados”, explica el Dr. Cueto.

 

Antiguo edificio

 

El Dr. Cueto no solo vivió transformaciones tecnológicas, sino también cambios significativos en la infraestructura hospitalaria. Recuerda con nostalgia el antiguo edificio del nosocomio, construido por Don Carlos Van Buren y demolido décadas atrás. “Era una estructura de gran valor arquitectónico que podría haberse preservado”, lamenta.

 

A pesar de los desafíos en el hospital, el Dr. Cueto considera que el Van Buren sigue siendo un ejemplo de eficiencia y mística en la salud pública chilena. Su legado incluye no solo avances técnicos y académicos, sino también una sólida responsabilidad con los pacientes y la comunidad hospitalaria.

 

Tras casi 40 años de servicio, el Dr. Cueto se retira con un profundo agradecimiento hacia el hospital y su comunidad. “Ha sido una experiencia gratificante y enriquecedora, llena de sacrificios, pero también de muchas recompensas emocionales”, reflexiona.