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6 de Mayo de 2021

Viaje con la respiración de los enfermos: la experiencia COVID del equipo de kinesiólogos del HCVB.

Este jueves 6 de mayo es el día kinesiólogo. Será una peculiar ocasión. En el año transcurrido su presencia dentro de nuestro hospital se ha multiplicado por 7. Pero su rol ha tomado una articulación crucial. ¿Dónde está el kinesiólogo?  es una interrogante en medio de las salas del hospital que busca encontrar una condición segura desde donde resolver un problema, sea instalar una cánula nasal, ayudar a un enfermo a adaptarse a este tratamiento, evaluar a un paciente para su traslado, movilizar a un paciente en prono vigil, retirarle un tubo.

 

Durante este año de pandemia, la participación en los equipos de manejo de los pacientes COVID ha relevado su rol y ha contribuido a su integración.

 

Para tener una visión desde los propios actores, nos juntamos con 8 kinesiólogos del equipo del Hospital, en que estaban presentes kinesiólogos de distintas áreas:

 

Durante más de una hora abordamos distintos tópicos de su labor. Les compartimos un resumen de algunas de las cuestiones tratadas.

Equipo

 

Quizás el primer aspecto que nos llamó la atención fue la explosiva multiplicación de profesionales. Al inicio de la pandemia constituían un equipo de 12 profesionales y hoy son más de 80.  Mi primera reflexión fue destacar la capacidad de Patricia Reinoso, para absorber esta multiplicación acelerada y poder articularla en forma ordenada. Sus colegas dicen que  pasó de ser jefa a líder. Pero luego veo que también los kinesiólogos con su disposición, creatividad y capacidad de interacción, fueron ayuda clave para Patricia.

 

La capacidad de moverse de un ala a otra, de un piso a otra, de apoyar a los colegas más jóvenes e inexpertos, de suplir a un colega en momentos de apuros, sin duda favoreció la cohesión. Podríamos decir que fueron una cordada en el lento ascenso por una pared granítica. Una cordada amarrada no por una un lazo de fibras entretejida, sino por las señales inalámbricas del whatsapp.

 

Lento ascenso, pues ellos mismos enfatizan su aporte a la serenidad. En primer lugar, de los pacientes sometidos a una condición extrema, en que hasta la respiración perdía su ritmo pausado y se aceleraba hasta la irregularidad. En ese atemperar los ritmos, el contacto físico con los pacientes ha jugado también un rol especial. Es que los kinesiólogos se reconocen a sí mismos como una profesión no solo del movimiento, sino del contacto corporal. Crucial gesto en pacientes con su mirada muchas veces atascada en la posición prono.

CNAF

La CNAF era una tecnología que ya venía siendo discutida en congresos y redes. Incluso el hospital contaba con una pediátrica al inicio de la pandemia. Hoy el hospital posee 101 Cánulas y una amplia experiencia en su uso. De la mano de los kinesiólogos el hospital Carlos van Buren logró iniciar una tecnología casi desconocida y masificar su uso. Nuestro primer paciente ingresó el 20 de marzo y ya en abril los kinesiólogos instalaron esta innovadora forma de aportar oxígeno altamente concentrado sin necesidad de un equipo mecánico. En términos matemáticos extremos pasamos de cero a un máximo uso de 77 Cánulas el día 10 de abril reciente. Una expansión casi infinita en un año.

 

Prono vigil

También el manejo de pacientes en posición prono y no sedado ha sido una innovación brusca. No se trata de una posición confortable ni común, mucho menos cuando se tiene instalada una cánula con alto flujo de oxígeno.

 

También allí la presencia de un profesional preocupado con especial énfasis de la condición respiratoria, pero también de sus áreas comprimidas pues mucho de ellos tiene sobrepeso, de su mirada y de sus necesidades de comunicación ha posibilitado nuestros resultados.

 

 

El regreso

 

La pandemia ha modificado lo que es un hospital y sobre todo el rol de sus profesionales y técnicos. Una forma de trabajo demasiado jerárquica ha entrado en eclipse y nuevas formas más democráticas en valoración de saberes y experticias se está desplegando.

 

Algunas de ellas ya estaban incubadas. Nuestros colegas kinesiólogos reconocen haber estado preparados para este momento.  Situados en un rol de colaboradores sabían que podían ponerse a la cabeza de un desarrollo innovador. Como un personaje de leyenda que logra romper el hechizo en el momento exacto, nuestros kinesiólogos han sabido responder con precisión y valor a la pregunta ¿Dónde está el kinesiólogo?

 

Su viaje, nuestro viaje, el viaje de nuestros enfermos, ha empezado ya el regreso.  Las mochilas de los kinesiólogos están fuertemente apertrechadas. Hoy podemos hacer de esas lecciones parte del patrimonio común del hospital y ¿por qué no? de la ciudad llamada Valparaíso y también Salud Pública.